lunes, 31 de agosto de 2009

Fenómeno Bullying


En este último tiempo, hemos venido observando numerosos casos, de un fenómeno global conocido como “Bullying”, un término anglosajón difícil de traducir literalmente al español, que hace referencia al hostigamiento, agresión o matonismo dirigido hacia una determinada persona. En el fondo, es un tipo de manifestación negativa o violenta; ya sea física o verbal, y que éstos a su vez, tienen estragos psicológicos, sociales que influirían en la personalidad de ambos, del hostigador y del hostigado. (Rigby, K., “Bullying in Schools and What to Do About It: Revised and Updated”, Ed Research, 2007: Pág. 11)



Basándose en la premisa fundamental del Idealismo: "la realidad es causada por las ideas de la mente humana. No hay realidad independiente de la mente humana", se puede inferir que la conducta adoptada por los victimarios se ve influenciada por sus propias ideas, es una creación de la realidad basada en sus propios pensamientos. El individuo catectiza en su objeto, mediante el conocimiento que se tiene de este, sus propias ideas, utilizándolo como blanco de sus agresiones, ya sea física o verbalmente. No es que el individuo que se toma como blanco sea víctima propiamente tal, sino que el agresor lo transforma en víctima, ve en él al objeto perfecto para proyectar sus ideas, pensamientos o emociones. El hostigador construye su propia realidad a partir del conocimiento de la víctima, lo hace conciente permitiendo que este último exista en su realidad.


Actualmente las tasas representativas del fenómeno “Bullying” en nuestro país van en aumento alcanzando porcentajes similares a los de países como Argentina. Un estudio de UNICEF del año 2004 arrojó que un 18% de los alumnos han sido víctimas de agresión, maltrato o violencia.

El avance de la tecnología, que por un lado nos brinda facilidades, por el otro, ha sido el principal detonante de fenómenos como el “bullying”, y esto lo vemos reflejado a diario al encender el televisor. No es extraño encontrarse con niños que disfrutan de programas violentos y que más adelante se identifican con ellos, tomando como ídolos a personajes agresivos, para luego poner en práctica lo que ven en compañeros más débiles y vulnerables. Es común ver en ciertas series que los chicos populares se mofan de aquellos que tienen un aspecto “nerd”, desde donde los televidentes imitan aquellos comportamientos para alcanzar una plena aceptación social, discriminando a aquellos que no cumplen los requisitos. Estas series manejan códigos, conductas y estilos de vida que provocan un mimetismo entre los integrantes de un grupo, rechazando a aquellos que no adoptan los mismos códigos, lo que lleva al hostigamiento que al sostenerse en el tiempo se manifiesta en “bullying”.

A raíz de la publicación del caso de la estudiante del Colegio Javiera Carrera; Pamela Pizarro, de sólo 13 años, víctima del fenómeno Bullying, y cuyo caso desencadenó en la muerte, surgió el interés en los medios de comunicación de presentar estos casos a la opinión pública, y así abrir una discusión al respecto. A diferencia de países como Estados Unidos donde el tema era ampliamente conocido y estudiado desde hacía ya mucho tiempo.


Es importante enterarnos hasta qué punto las instituciones tienen verdadera noción sobre lo que ocurre en el interior de ellas, y hasta dónde se involucran en los problemas que, creen, “competen” a los alumnos, sobre todo en nuestro país, donde no contamos con estudios acabados con respecto al fenómeno “bullying”. Debido a este hecho, me planteo la siguiente pregunta:
¿De qué manera el Ministerio de Educación de Chile enfrenta un fenómeno como el "Bullying"?

Esta investigación es relevante ya que creo que no existe una importante intervención por parte del Ministerio de Educación de Chile, y además no se ha tomado conciencia de que es un problema real y no un simple altercado estudiantil. Es de suma importancia involucrarse con el tema he intervenir de manera sistémica, ya que, como plantea Norma Moreno, los seres humanos no somos violentos por naturaleza, sino que esto se origina y genera en espacios cotidianos y se vive de manera natural, y es aquí donde se deben tomar medidas para acabar con el problema, debemos reflexionar y reaccionar, ya que si no lo hacemos, la violencia perdurará en el tiempo. Todos los colegios deberían comenzar a tomar medidas como ya en algunos ha sucedido.

La violencia está en todas partes. Todos hablan de ella, se oye en los noticieros, se escucha hablar a los padres. Los profesores levantan el tabú y ven violencia por todos lados, los padres temen por sus hijos. Los debates y programas periodísticos se multiplican. El número de quejas se acrecienta. Nos enteramos que la violencia está en todas partes, tanto en los establecimientos vulnerables, como en los otros, tanto en enseñanza básica como en media.


Una familia violenta, un colegio violento, un país violento, una humanidad violenta, significan, entonces, familias, colegios, países que modelan una manera de reaccionar frente a la frustración de no tener lo que se quiere. La educación está cambiando, los ambientes escolares y la relación con los educantes con el tiempo lo han hecho también. Los jóvenes exigen más de sus medios, tienen nuevas metas, nuevas entretenciones. El bullying se ha transformado en muchos casos en una excelente manera para descargar emociones reprimidas. Los victimarios lo comprenden, pero también este tema los divierte, quieren seguir haciéndolo porque con ello se sienten más fuertes, más invencibles. Las víctimas van creando poco a poco una resistencia, con el tiempo se dejan, no reclaman, y como en cualquier tipo de violencia, hasta creen merecerlo, ya sea por sus características físicas como por sus características psicológicas. El país se convierte con el tiempo en algo que muchas veces no conocemos, falta encender el televisor para ver todo lo que ocurre, matanzas, violaciones, delincuencia, drogadicción. Los colegios dejaron, en muchos lugares, de ser los segundos hogares que hace un tiempo fueron, se convirtieron en focos de problemas como la violencia, como el abuso, el robo. Son lugares perfectos para hacer lo que se quiere por medio de la fuerza, porque ésta se ha convertido en un poder preciado para quienes la tienen, y en la causa de temor para quienes les hace falta, para quienes carece de ella y muchas veces la necesitan. El bullying se ha convertido en una cosa natural, en algo “normal”, según palabras de muchos profesores, entre estudiantes. El tamaño importa cuando se quiere abusar de alguien que es más pequeño, que es más inocente, que en muchos casos no sabe ni puede defenderse.

Frente a este tema no hemos oído nada del Ministerio de Educación o alguna organización, la voluntad de resolver el tema está ahí, este acoso en la escuela es un tipo de interacción que debería considerarse un síntoma de problemas organizacionales, cuya presencia obliga a detenerse y mirar con sentido crítico las relaciones de las personas de la propia institución. Podemos diseñar organizaciones escolares que otorguen a los alumnos una experiencia tal, que enseñe un estilo relacional democrático, nutritivo, capaz de enfrentar conflictos sin violencia.

miércoles, 19 de agosto de 2009